Por: Jesce Dovale Del Toro/ Agencias
Maryellis Bunn se ha consolidado como una figura creativa influyente en la industria del entretenimiento y la creación de experiencias multisensoriales. Su fama se disparó en 2016 con la creación del Museo del Helado, un espacio interactivo que mezcla arte, nostalgia y diversión, y que rápidamente se convirtió en un fenómeno cultural.
Su propuesta, pensada inicialmente como un proyecto de 30 días en Nueva York, ha recorrido las principales ciudades de Estados Unidos y sigue expandiéndose. Es la segunda vez que está en Miami y, desde este viernes 6 de septiembre, estará permanentemente.
El diseño proyecta la famosa piscina de sprinkles o las salas llenas de dulces gigantes que han ha capturado la atención de millones de personas y celebridades de renombre, incluyendo a Beyoncé y Kim Kardashian.
El éxito del Museo del Helado no se debe solo a sus instalaciones visualmente impactantes, sino también a la visión holística de Bunn, quien se sumerge en la cultura de cada ciudad antes de diseñar sus exhibiciones.
Bunn, quien es ciudadana americana residenciada en México, también ha revolucionado el marketing experiencial al crear un espacio diseñado para ser compartido en redes sociales. Las imágenes del Museo del Helado han inundado plataformas como Instagram, donde miles de usuarios han transformado el museo en un destino obligado para los amantes de la cultura visual y digital.
Su proyecto, considerado “El Disney de los Millennials” tiene cinco locaciones, entre las que se incluyen New York, San Francisco; Shanghai, Singapur y Miami. Hoy en día, Maryellis Bunn continúa explorando nuevos horizontes.
Según Bunn, el helado está presente en los momentos más felices y tristes de la vida, despertando emociones y recuerdos en quienes lo disfrutan. Esta conexión emocional es parte de la misión del Museum of Ice Cream: fomentar la imaginación y crear conexiones humanas a través de la experiencia sensorial, algo que, para ella, resulta crucial en un mundo cada vez más desconectado por el uso excesivo de dispositivos tecnológicos.
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